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martes, 12 de febrero de 2013

Demasiado rencor

Existe demasiado rencor, podríamos llegar incluso a decir odio, entre los políticos y entre los partidos de este país.

Mientras la sociedad se desangra, nuestros líderes políticos continúan restregándose mútuamente los reproches. Mientras la familas son deshauciadas, continúamos en una refriega que no conduce a nada. Mientras el desempleo está arruinando los proyectos de vida de muchas familias, continuamos viviendo en nuestras atalayas de bienestar.

Hay días en los que me avegüenzo de ser político. Si no somos capaces de escuchar a la sociedad y de intentar resolver los graves problemos que padece, creo que tenemos un gravísimo problema de edonismo.

Mientras una parte muy importante de la sociedad intenta sobrevivir cada día, nosotros nos enfrascamos en disputas dialécticas que no llevan a ninguna parte.

Urge más que nunca el entendimiento, sentarse a hablar de cómo paliar los gravísimos problemas que sufren los ciudadanos y de priorizar lo urgente.

 El tiempo de la paciencia colectiva se está agotando, si no está ya agotado. Si nuestros mayores políticos no son capaces ya de entenederse, ni de escuchar el grito desesperado de la sociedad española, no sé que leches pintan ahí.

sábado, 2 de febrero de 2013

Un problema de credibilidad

España ha perdido la credibilidad. Vivimos en un país donde todos los estamentos han perdido la credibilidad y están cuestionados por la sociedad.

La Casa Real y la monarquía, cuestionadas. La clase política, cuestionada (es triste que aquí se incluyan a tantos y tantas concejales y concejalas de pequeños municipios que cada día se dejan la piel por sus vecinos y sus pueblos). El sistema financiero y económico, cuestionado. La iglesia, cuestinada. El poder judicial, cuestionado...

Además, los desempleados, desesperados. La sociedad, desesperanzada. Las empresas, atenazadas. Los jóvenes preparados, emigrando...

Vivimos encima de un polvorín a falta de la cerilla que pueda prenderlo. Nos soportamos en los miedos individuales que aún no han confluido en la colectividad.

España tiene un grave problema de credibilidad que nos hemos ganado a pulso. Un gobienro que no ha dejado de mentir y de incumplir sus promesas electorales desde el minuto siguiente a ganar las elecciones está en base del problema de credibilidad que padecemos. Pretender ahora que la sociedad crea como sinceras las palabras de hoy del Presidente del Gobierno, es muy dificil.

Mientras el Gobierno pide a la sociedad española sacrificios al borde de la subsistencia; mientras nuestra sanidad y nuestra educación retroceden treinta años a golpe de decisiones políticas privatizadoras; mientras dejamos desprotegidos a quienes más nos necesitan de la sociedad y nos hemos vuelto unos soberbios a la hora de gobernar (siempre de espaldas a la voz del pueblo)... en las altas esferas de la política, de la banca, de la Casa Real, de la iglesia y del poder judicial mostramos comportamientos poco éticos a la problemática que vive nuestro país.

España necesita de todos los sacrificios necesarios para recuperar cuanto antes la credibilidad que nos urge. Si para ello es preciso que volvamos a resetear el ordenador (el sistema) hagámoslo cuanto antes.