Vivimos en un país de locos, de extremos muy extremos. No tenemos mesura ni coherencia.
Acabamos de conocer la sentencia impuesta a dos personas por tirar una tarta a la Presidenta de Navarra = dos años de cárcel.
En cambio, llevarse dinero a espuertas (como decimos en La Solana) de erario público los políticos; cobrar sobresueldos a sueldos tan cuantiosos que pos sí mismos da vergüenza conocerlos; mantener una cuenta B en ciertos partidos políticos durante años y años; adjudicar obras y cobrar comisiones a los adjudicatarios, etc., etc. = NO PASA NADA
Con actuaciones comos estas y decisiones como estas es sencillo entender que la sociedad española no crea en la política ni en los políticos; haya dejado de creer en el sistema.